viernes, 13 de abril de 2007

Un día más

Un día más.
Lejos de todo, cerca de nada; allí se encontraba su pequeña y frágil mirada.
Se sentía rota, vacía; la acechaba un sentimiento casi perdido, casi muerto.
Las lágrimas parecían no acabar y aumentaba su deseo de abandonarlo todo, una vez más, un día más.
Ella, ella, ella.
No quería recordarla, tampoco quería amarla como la amaba.
Puede que fuera una coincidencia, puede que fuera una vida, puede que la matase poco a poco su peligrosa y enmarañada personalidad.
La suave y fría lluvia se derretía por todo su cuerpo, las nubes se ensombrecían, la noche se apoderaba del mudo tiempo, de la perfecta imperfección, del indeciso miedo, del profundo amor, del desgarrador aullido del deseo.
Se apoderaba de todo, e inundaba con su presencia su pequeño corazón.

Un día sin sol
mi mano acariciando su pelo.

Un estrellado cielo
Yo
mi deseo, mis caricias
Ella
su mirada, sus besos.

La lluvia inundando toda la cuidad
mi cuerpo frío junto a su cuerpo desnudo.

Paz
una palabra de sus suaves labios.

Perfección
mis manos acariciando su rostro,
su pecho contra el mío.


Pereza
nuestros cuerpos abrazados.

Vida
ella.

Estaría perdida un momento más, un día más.
Ahogaba su tristeza tras un cristal.
No volvería
¡No! No volvería a amarla después de todo.
Hoy
Hoy será un día lento y herido, un día aquejado por la soledad, un día muerto...
Un día más.

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